RESEÑA #109 | Niebla

➤ AUTOR: Miguel de Unamuno

➤ EDITORIAL: Cátedra

➤ AÑO: 1914

➤ PÁGINAS: 300

➤ GÉNERO: Clásico

Hace unos meses estudiamos a Unamuno en clase de castellano junto con la Generación del 98. Me llamó mucho este escritor por todo lo que le envolvía: la guerra civil, la dictadura,... Y leímos una transcripción de una discusión bastante acalorada que tuvo con el general franquista Millán-Astray que le condenó a tener que renunciar a sus cargos y a sufrir un arresto domiciliario que me puso los pelos de punta. "Venceréis, pero no convenceréis". ¿Os suena esa frase?

«Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías, y es porque vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes. Y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa.»

Podría decirse que Niebla no tiene trama, lo importante es el mensaje. Si me apuráis puede decirse que nuestro protagonista, Augusto, se enamora de una joven profesora de piano que no lo corresponde, y por ello él tratará de conquistarla. Finalmente, al aparecer Rosario en la ecuación, Augusto se meterá de lleno en un triángulo, aunque no sé si es del todo amoroso.

Unamuno siempre destacó por ser un autor serio, directo y seco en su escritura, pero a su misma vez cuidándola y presumiendo de un vocabulario muy rico, como buen autor de la Generación del 98. Por ello el autor vivía preocupado por España, a lo largo de su vida vivió dos dictaduras y criticó muy duramente la situación, por lo que tuvo que exiliarse. Esa era una de las raíces de su obra, la otra es el cristianismo y sus crisis de fe, algo que esta nivola (así llama a sus novelas) refleja muy bien con una metáfora que me ha parecido brillante, metiéndose a él mismo en la historia como personaje y saltando los límites de la ficción, dándole vida a Augusto.

«Solo se aprende a vivir viviendo, y cada hombre tiene que recomenzar el aprendizaje de la vida de nuevo.»

Unamuno me pareció brillante, pero aun así el libro no me ha terminado de convencer. ¿Por qué? Porque en clase leímos un fragmento del libro que me encantó y me hizo pedirlo en Navidad. No obstante, al terminar el libro me he dado cuenta de que ese fragmento pertenecía a la parte final de la novela, que solo comprende dos capítulos. El resto se basa en los amoríos de Augusto, los cuales aunque metafóricos, muy forzados y a mi parecer, aburridos.

Mientras dure la guerra, futura película española
sobre el escritor.

Los personajes eran marionetas del autor para exponer su metáfora, por lo que muchas veces actuaban y reflexionaban de manera muy ilógica y eso me ha sacado bastante de la historia: hablaban y hablaban y no decían nada. En cambio, si hablamos del mensaje, me ha gustado mucho. Unamuno reflexiona sobre la necesidad de creer en algo y en rebelarse a Dios, a la fe, en que podemos rebelarnos a lo que nos impone la religión. Si nos situamos en el contexto de principios de siglo XX, con la pérdida de las colonias americanas, guerras y penurias, podemos comprender que la gente se aferrase a un Dios. La alienación religiosa, como dirían Marx y Feuerbach.

«Uno mismo es quien menos sabe de su existencia... No se existe sino para los demás.»

Pero, en definitiva, no quiero contaros mucho más, no sea que os pase como a mí con las expectativas. Si queréis leerlo, os lo recomiendo, yo creo que me habría gustado más de haberlo leído sin ningún tipo de expectativa. Me ha venido bien pasar esta reseña a limpio porque mañana tengo el examen de Selectividad de castellano y rezo para que me entre Unamuno.

PUNTUACIÓN:

¡Nos leemos!

Rodaje de la película. Estreno en octubre 2019.