RESEÑA #117 | Desayuno en Júpiter

➤ AUTORA: Andrea Tomé (España)

➤ EDITORIAL: Plataforma Neo

➤ AÑO: 2017

➤ PÁGINAS: 440

➤ GÉNERO: Romance, Young Adult

Desayuno en Júpiter llevaba un año en mi estantería y me dije que si no lo leía ya iba a convertirse en uno de esos eternos pendientes, y al ser un regalo de cumpleaños me daba pena desperdiciarlo de esa manera. No obstante, he llegado tarde: no es un libro que a estas alturas sea para mí. Lo que más me ha impactado es darme cuenta de cuánto han cambiado mis gustos en un solo año, creía que hacía más tiempo que lo tenía, ahora ya no me llamaría la atención.

«Por favor, no te canses de mí, me gustaría decirle. Es algo que pasa a menudo. Las conversaciones se hacen más cortas. Las salidas, menos frecuentes. El cariño palidece hasta convertirse en un animalito pobre y desnutrido. La gente no permanece en mi vida, y no sé si es culpa mía, así que, por favor, no te canses de mí.»

No sabría describiros este libro. Por un lado tenemos a Amoke y a Ofelia, dos chicas que van a empezar a trabajar para la escritora de lengua inglesa más leída del siglo, Virginia Wonnacott, que con noventa y dos años y una enfermedad que cada vez la debilita más, no quiere irse sin haber publicado su biografía. Amoke será su secretaria y Ofelia transcribirá lo que le narre Wonnacott, eso unirá a ambas chicas.

Desayuno en Júpiter es una novela que ha cultivado muy buenas críticas pero, como siempre, yo soy la rara a la que no le ha terminado de gustar. No es un mal libro, es ligero, es entretenido, pero le he podido sacar demasiadas pegas como para decir que me ha gustado, es un libro que simplemente "ha estado bien", pero que deseaba terminar para poder ponerme con otra lectura que me gustase más. La historia de Amoke y Ofelia me ha dejado un poco indiferente, pero he de admitir que las partes narradas por Virginia Wonnacott eran más interesantes, aunque en ocasiones muy confusas. A veces no sabías qué era real o qué no, y eso me molestaba mucho, sobre todo culpa de los toques sobrenaturales que tiene el libro y que, a mi parecer, no pegaban demasiado con la historia y me sacaban de lugar.

«Es posible vivir con dolor, y es posible encontrar la felicidad en medio del dolor.»

La pega más grande que tengo del libro es la pluma de la autora. Muchas personas alababan la narración tan poética de Andrea Tomé, pero a mí me ha parecido forzada, casi pretenciosa. La cantidad de frases cortas, descripciones con metáforas rebuscadas, sinestesias y adjetivos me ponía nerviosa y se me hacía cansina. No es una autora que tenga ganas de volver a probar, la verdad. Además, en ocasiones los capítulos eran demasiado breves y no aportaban nada, a veces ocupaba más el título del capítulo que el texto y odiaba ese desperdicio de papel. Para terminar y parecer aún más amargada con este libro, el exceso de florituras en la edición de la novela ㅡy esto ya es culpa de la editorial, no de la autoraㅡ no me ha gustado, se me ha hecho casi infantil (para mi gusto), me sacaba de la historia. Seguro que a muchas personas les gustarían esos detalles, pero a mí me ha parecido sobrecargado.

Andrea Tomé

El exceso de drama es el talón de Aquiles de esta novela. Todos y cada uno de los personajes tenían alguna enfermedad o habían pasado por cosas durísimas, pero a la vez todas se resolvían de una manera exageradamente idealista. No sé si me entendéis, pero a mí si me juntas el drama con el positivismo de Mr. Wonderful me terminas de matar: pues así es esta novela. Bueno, quizá parece que le estoy poniendo demasiadas pegas para la puntuación que le estoy dando, pero todo tiene una explicación: si bien es verdad que tenía que hacer pausas leyéndolo porque me casi llegaba a tener una sobredosis de drama o de azúcar, es un libro entretenido que se lee en un suspiro. Como siempre pasan cosas ㅡaunque sean de las que te hacen rodar los ojosㅡ no te da tiempo a aburrirte. Es más, parte de la culpa la tengo yo porque antes de empezarlo sabía que llegaba tarde a leerlo, que quizá hace un año me llamaba muchísimo, pero que ya no era libro para mí. 

«Nos enamoramos de aquello que nos falta no porque nos sintamos incompletos, sino porque buscamos, sin descanso, un argumento que nos permita creer que la humanidad todavía merece la pena.»

En conclusión, que no sea un libro para mí no significa que no lo sea para ti. Esta historia me ha dejado sin ganas de darle una segunda oportunidad a la autora porque tengo la firme convicción de que a estas alturas ya no es para mí. Los libros no tienen edad, pero las personas sí vivimos distintas etapas, y lo que te gustaba hace un año igual ya no te atrae este, y eso es justo lo que me ha pasado a mí.

PUNTUACIÓN:

¡Nos leemos!