RESEÑA #72 | No lo llames amor (No lo llames #1)

→ AUTORA: Noelia Amarillo

→ EDITORIAL: Esencia

→ AÑO: 2017

→ PÁGINAS: 100

→ GÉNERO: Novela romántica

Hacía mucho tiempo que veía este libro en la blogosfera, pero nunca le presté mucha atención, supongo que la portada no me llamaba nada y juzgué el tipo de libro que sería por ella inconscientemente. Un día topé con otra reseña, en esta ocasión de la segunda parte, y me di cuenta de que eran más profundos de lo que creía, así que me picó la curiosidad y tardé un par de días en empezar este libro.

«Maldito corazón, que nos juega estas malas pasadas. ¿Dolerá mucho extirpárselo? Tal vez así deje de dolerme.»

Este libro nos narra la historia de Eva, una mujer de casi cuarenta años que sigue luchando por sus sueños, cree que lleva un defecto de fábrica que le impide enamorarse y vive en un edificio con unos vecinos algo peculiares. Un día, el nieto de su archienemiga Dolores (al cual lleva sin ver desde que eran muy pequeños) va a mudarse con su abuela para cuidarla ahora que su salud peligra, y de paso trastocará la vida de Eva y sus planes de futuro. Además de eso, los amigos de Eva también tendrán sus propias historias, aunque en menor medida, y tendremos que tratar de averiguar quién es el vecino psicópata que se empeña en hacerles la vida imposible.

Es un libro que no tiene una trama en sí, pero tampoco lo catalogaría como una novela de personajes porque no he visto ninguna gran evolución ni ha conseguido cautivarme la relación entre los protagonistas, por lo tanto se me ha hecho una novela bastante pobre respecto al argumento, ya que durante todo el libro tenía que obligarme a leer. Es cierto que no es un libro pesado, sino bastante entretenido y fácil de leer, pero a mí se me ha hecho monótono y no me importaba lo que pasaba, no he sentido en ningún momento interés ni he empatizado con los personajes. Quizá los capítulos eternos hayan tenido mucho que ver, así como la excesiva extensión del libro. Además, he resuelto el misterio sobre quién era el culpable de las desgracias que ocurrían en el edificio a mitad de libro, por lo que tampoco lo considero un punto fuerte de la novela y ha rozado lo macabro.

Eva ha sido una protagonista con la que he tenido una relación de amor-odio sin llegar a ninguno de los extremos. Por un lado, es un personaje bastante realista porque no tiene una vida perfecta ni todo se le da bien (a diferencia de otros muchos protagonistas de novelas), sino que es todo lo contrario: un caos. Sin embargo, tiene algunos prejuicios y una mentalidad bastante infantil a ratos, es tan impulsiva que puede llegar a ser irritante. Adán por su parte, es un hombre de cuarenta años (sí, yo también creía que eran más jóvenes) muy inmaduro, un cobarde que no sabe lo que quiere y que lo quiere todo sin tener que dar nada, como muy bien dice en un punto de la historia Eva. En cierta escena me ha decepcionado mucho Eva, pues decide ceder a lo que le pide Adán para estar con él, aunque eso signifique sacrificar sus sueños: Eva es más que eso, Eva tiene más personalidad que eso, y me ha cabreado.

«Enamorarse es el error más grave que se puede cometer. Porque cuando todo acaba duele como el demonio.»

Pasemos a Gala, una de las mejores amigas de Eva y protagonista del segundo libro. Me ha caído bien aunque también tengo críticas que hacerle. No me cae mal, de hecho incluso la admiro, pero a veces se pasa de desagradable: una mala experiencia no le da derecho a tratar a los demás como si fuesen una mierda. Dolores, la abuela de Adán, me ha caído mal aunque a veces me enternecía, he detestado lo controladora que es con su nieto: tiene cuarenta años, ¿quieres dejar de meterte en su vida sexual? No es ningún crío y puede estar con quien le dé la gana y hacer lo que le salga de ahí.

La verdad es que no sé si hay ciertos toques de homofobia en este libro o si no, porque es muy confuso. Por un lado, tenemos a Cruz como personaje secundario, un chico gay que luchará por la aceptación de su orientación sexual durante todo el libro, y aunque me ha parecido el típico estereotipo de amigo gay... bueno, no ha sido mal personaje y se le ha tratado bien. No obstante, aunque estos no lo desprecien, sí que hay muchos personajes (entre ellos Adán o Rodrigo, los cuales la autora teóricamente quiere que nos caigan bien) que le llaman maricón con un tono claramente despectivo, entre otras cosas. No me ha parecido bien. Por otro lado está la subtrama sobre la relación de Adán y su padre, la cual no me ha gustado ni me ha parecido que tenga una buena evolución. Adán siempre ha odiado a su padre y lo recuerda como una persona horrible... y luego la cosa cambia de una manera que me ha parecido muy forzada, idealizada y nada creíble.

«Las mentiras son lo que mata a una pareja, créeme. Aunque sean piadosas, siguen siendo traiciones, asesinan la confianza y destruyen el amor.»

En definitiva, ha sido un libro que para nada ha satisfecho mis expectativas y que, si bien es entretenido, no me ha enganchado ni me ha cautivado como prometían muchos lectores. No es un libro que personalmente recomendaría, pero sé por qué gusta tanto a la gente, estoy segura de que si lo hubiese leído en otro momento me habría encantado. Voy a leer la segunda parte porque me interesa saber con quién termina Gala, espero que con Rodrigo.

PUNTUACIÓN:

¡Nos leemos!
Lua.